sábado, 22 de diciembre de 2007

8) Me gustaría saber hacia dónde evolucionará el género humano en el futuro lejano.

Esto me resulta una inquietud fascinante. Arropados en nuestra petulancia, nos consideramos el sumum de la Evolución. Pero nada indica que la Evolución "se quede sin ideas o se canse" en un futuro cercano. De manera que el Hombre seguirá evolucionando y si todo funciona como hasta ahora, lo que conocemos hoy en día como tal, dentro de un par de millones de años será considerado tan primitivo como lo son ahora para nosotros los primeros bípedos humanoides cuyos fósiles aparecen por ahí ve vez en cuando.

Bueno, suponiendo que sigamos aquí. Como materia biológica, quiero decir. Porque las posibilidades son infinitas. La medicina genética, por ejemplo, plantea la posibilidad del Hombre por encargo. Ya no digamos un hígado o un vértebra de repuesto para arreglarnos una cirrosis o una caída, sin los problemas de rechazo que tienen actualmente los órganos provenientes de donantes porque serían por diseño genéticamente compatibles con nuestro ADN, sino todo un individuo. Y ya puestos a fantasear, pudiéramos pensar en un Hombre mejorado. Imaginen una pareja asistiendo a una consulta médica de planificación familiar. El médico, con una bata blanca y una tablilla de historia clínica en la mano, procede a preguntarles si prefieren que su hijo sea bueno en matemáticas o buen jugador de fútbol, si lo prefieren artista o con facilidad para jugar al póker o para invertir en la bolsa... color de los ojos, sexo, estatura, en fin... un Hombre por encargo, como si fuera un par de zapatos ortopédicos a la medida.

Esto, aparte de chistoso, puede perfectamente llegar a ser realidad en unos años, lo cual plantea unos problemas éticos y sociales muy inquietantes. En primer lugar, cuánto costaría hacerlo? Evidentemente, habrá gentes que puedan acceder al tratamiento, y otros no podrán ni soñar en ello y tendrán que conformarse con ir a la antigüita, es decir, dejarlo todo al azar. Y ello puede dar lugar a toda una raza superior. Realmente superior, no la del cuento de los nazis. De manera que podríamos encontrarnos de nuevo con un racismo galopante, pero esta vez con un apoyo genético y científico incuestionable. Vaya, de nuevo la esclavitud!

Los militares, por ejemplo, podrían crear una raza de soldados tipo Terminator, a los que no les importara morir y sólo sabrían y querrían obedecer a sus generales. Los industriales se las arreglarían para producir el obrero perfecto: puntual, dedicado, productivo, y sobre todo, incapaz de protestar o hacer huelgas. Los políticos, por su parte, probablemente encargarían la producción de un ser extremadamente inocente y crédulo, incapaz de disentir y que sintiera un placer orgásmico al aplaudir y apoyar cualquier idea, por absurda que ésta sea... En fin, cada clase social haría su mejor esfuerzo para producir el ser que más le conviniera. Por decir lo menos, no sería un panorama muy agradable.

A no ser que también cambien los criterios morales. Por ejemplo, hoy en día nosotros usamos animales en experimentos de laboratorio, y aunque hay algunas gentes que protestan por ello, la mayoría consideramos que el experimentar con animales no es un crimen, sino algo necesario para poder probar drogas, tratamientos, etc, que a la larga beneficiarán al género humano. Esto puede verse como una racionalización del espíritu de la Selección Natural, que aunque indudablemente es cruel, también resulta indudablemente efectiva.

Desde esa óptica, habría que admitir que los seres humanos actuales estamos llenos de defectos. Por ejemplo, es dificilísimo imaginarse que los negros del Africa o los árabes del Medio Oriente puedan algún día organizar verdaderas repúblicas en sus países. A juzgar por su historia reciente, me sería tan sorprendente como ver que los chimpancés de una jaula se organizaran en un estado democrático. Pero habría que demostrar si son atrasados porque son genéticamente inferiores y su inteligencia no les da para más, o si son así por otra razón, como por ejemplo que sus niños comen mal y por ello sus cerebros no se forman debidamente. Casualmente, el hacerse públicamente esta pregunta le costó el puesto hace muy poco tiempo a James Watson, uno de los descubridores de la estructura del DNA. En mi opinión, un verdadero abuso de periodistas y colegas envidiosos de su Nobel. Porque lo que habría que hacer no es escandalizarse y comenzar a proferir gritos histéricos condenando el racismo, sino investigar y demostrar la certeza o no de la idea.

Y hablando francamente, no debería dejar de lado a los latinos, que tampoco hemos demostrado ser muy inteligentes.

Sin embargo, cada uno de estos pueblos ha tenido su época de brillo en la Historia. El origen del Hombre, según casi toda evidencia, estuvo en Africa. Ok, puede decirse que eso no fué el resultado de una acción consciente. Pero los árabes, por ejemplo, inventaron el cero y desarrollaron enormemente el comercio. Siempre me acuerdo de la portada de mi libro de Matemáticas de Baldor, era una escena árabe (¡quién iba a decir entonces que esa cultura, que de niño me evocaba moderación, respeto, curiosidad e inteligencia, iba a ser patrocinadora de los horrendos y despreciables crímenes que comete actualmente!).

En general, las culturas han ido floreciendo y decayendo sin importar región geográfica o raza. En la antigua Mesopotamia, entre el Tigris y el Eufrates (en la misma tierra que hoy se caracteriza por una violencia extrema y una intolerancia asesina) vivieron los babilonios, con un desarrollo impresionante. En la cuenca del Nilo, los egipcios, cuyas grandes obras aún perduran y causan admiración. En Grecia, la sofisticación llegó a extremos sorprendentes, incluso nuestras sociedades actuales más adelantadas son herederas de muchas de sus ideas, incluyendo la democracia. Lo romanos, los chinos, los japoneses, los españoles, los portugueses, los mayas, los aztecas, los incas, etc, tuvieron cada uno su momento de gloria como civilización. Hoy casi todas esas culturas o desaparecieron o viven su decadencia. Y sin duda, la cultura que tiene hoy la primacía, es la norteamericana.

Es como si la inteligencia se fuera desplazando de lugar en lugar y de época en época. Y los que quedan luego del florecimiento fueran como los desechos de lo que fueron, dedicados a rezongar quejas por sus perdidas glorias, y a hacer mal las cosas. Claro, esa es una idea muy arriesgada y racista. Pero habría que demostrar o no su validez. Si fuera cierta, entonces no estaría tan mal pensar en hacer Hombres mejorados, productos de una manipulación genética total.

Las religiones en general, y la católica en particular, se oponen radicalmente a este tipo de experimentos. Pero no creo que la política del avestruz tenga éxito. La lógica es: Si hay algo posible y tú no lo haces por la razón que sea, el vecino de enfrente lo hará. Y entonces, él será más fuerte que tú, y te vencerá y aplastará. Ya sé que esto suena muy duro e inmisericorde, pero creo que desgraciadamente el hombre es así. Aunque no me guste admitirlo, la Historia del Hombre es la Historia de sus guerras.

Confieso que me gusta mucho más el aspecto humano y moral que el aspecto animal del Hombre, pero no puedo darle marcha atrás al tiempo e inventar otra forma de desarrollo. Cuando yo vine al mundo me encontré ya aquí bien establecida la barbarie, y no me siento responsable de ella. Más bien, me siento un observador imparcial. Es más, creo que el abusar de cualquiera de las dos tendencias, resulta contraproducente. Por ejemplo, la penicilina es una maravilla para luchar contra las bacterias, pero si abusamos de ella, las bacterias desarrollan resistencia a esa droga. Por lo tanto, hay que usarla con mucho cuidado, sólo lo imprescindible.

Algo parecido habría que hacer con lo humano y lo moral. Si no realizamos experimentos con el genoma humano, tal y como quiere la Iglesia Católica (me imagino lo espantada que debe sentirse luego de ser casi omnipotente en el mundo occidental durante 1000 años, y ver que en los últimos 500 ha perdido casi todo su poder), corremos el riesgo de detener el desarrollo de la ciencia, como ya sucedió. Incidentalmente, hace poco aparecieron noticias de que ya se pueden lograr células madre sin recurrir a los embriones humanos, sino a partir de células epiteliales, las cuales son infectadas con un retrovirus modificado artificialmente, que inyecta en el ADN cuatro genes, los cuales hacen que la célula involucione a las etapas iniciales de su desarrollo: simple y elegante, como son las cosas de la ciencia.

Y si nos dedicamos a construír un Hombre ideal, tendríamos que estar bien seguros de qué motivación le programaríamos a su existencia. Porque si le quitamos el aspecto animal actual de supremacía y lucha, en vez de crear una nueva raza superior pudiéramos producir una especie de ramal ciego de la Evolución, que a pesar de sus ideales altruístas, pronto quedaría sobrepasado por otros animales más competitivos.

Pero bueno, dejemos este tema. Me gustaría analizar otra posibilidad que se me ocurre para el futuro: los robots.

Y por qué no pensar que los robots puedan ser el futuro de la inteligencia? Claro, si pensamos en los robots actuales -pobres fierros haciendo soldaduras en una fábrica de coches e incapaces de enamorarse-, no nos apetece mucho la idea. Pero las cosas no tienen necesariamente que permanecer así por siempre. Los japoneses, que creo son los más entusiasmados con esto, ya producen cosas algo mejores. Al menos hasta ahora, no hay ninguna ley natural que impida imaginarse que algún día sabremos a fondo cómo pensamos. Y de ahí a producir un artefacto pensante, no hay más que un paso. Por ejemplo, el Hombre siempre ansió volar. Incluso Leonardo DaVinci soñaba con ello pero a pesar de su tremenda inteligencia no pudo lograrlo, porque no se sabía porqué volaban las aves. En cuanto se supo algo de mecánica y dinámica de fluídos, al poco tiempo apareció el primer avión. Lo inventó un tipo que seguramente era inteligente, pero no en la medida del genio de Leonardo. El conocimiento potenció su inteligencia.

Claro, antes de intentar mejorarle la plana a la Selección Natural y tirar por la borda el resultado de al menos cuatro mil quinientos millones de años de Evolución -o sea, la materia biológica-, habría que estar extremadamente seguros de lo que hacemos. Pero los robots pueden tener características envidiables para nosotros los humanos, sobre todo en ambientes hostiles como los que hay mayormente en el espacio. Por ejemplo, pueden resistir temperaturas mucho más altas o bajas que nosotros. O trabajar en ambientes corrosivos. O "vivir" indefinidamente, siempre y cuando sean reparados y mantenidos adecuadamente. Además, al ser productos completamente artificiales, no se me ocurre cómo la naturaleza podría competir con ellos y crear "virus robóticos" que amenazaran su existencia. De manera que vivirían en un equivalente a lo que hoy llamamos ambiente estéril, libre totalmente de gérmenes nocivos. Esto último podría también ser visto como una inconveniencia porque estamos acostumbrados a pensar que la lucha entre elementos moleculares es el motor del desarrollo biológico, pero quizás la lucha podría darse en otro plano, no precisamente en el molecular. O ser sustituída por otro principio que también diera como resultado el desarrollo, quién sabe. Cuando inventaron las computadoras, nadie pensó en la profesión de hacker. Y sin embargo, hoy en día nadie en su sano juicio deja su computadora sin antivirus, sin antiespía y sin firewall. Cosas del desarrollo, que nadie pensó antes.

En fin, esto de pensar en los robots como el futuro de la raza humana es verdaderamente una especulación y me produce un cierto desasosiego, pero no puedo dejar de examinarlo, como cualquier otra posibilidad, si quiero ser imparcial.

Por último, otra posibilidad es que nos caiga un aerolito y nos mate a todos. No sería la primera vez que eso sucediera, incluso en la propia Tierra. Todos los cuerpos celestes a los que podemos verle la superficie (y ya son unos cuantos) muestran muchos impactos de meteoritos. En la Tierra caen varios miles cada año, pero son pequeños y prácticamente se destruyen en la atmósfera antes de caer a tierra y producir un cráter. Pero siempre existe la posibilidad de que caiga uno de gran tamaño y produzca un efecto terrible. Es un hecho bastante bien establecido científicamente que los dinosaurios acabaron abruptamente hace unos 60 millones de años, coincidentemente con la caída de un meteorito en la zona de Yucatán, lo cual aparte del efecto del impacto directo, levantó una nube de polvo en la atmósfera que permaneció ahí durante muchos años e hizo que la Tierra se enfriara y las plantas disminuyeran drásticamente por la falta de luz solar, lo cual a su vez produjo una gran hambruna entre los animales hervíboros -muchos dinosaurios lo eran- y al morir éstos, también muchos carnívoros que se alimentaban de ellos sufrieron hambre y murieron... en fin, el acabóse. Y no hay nada que impida que vuelva a suceder. Es un problema de probabilidades. De aquí se desprende otra cosa: la idea de viajar por el espacio cósmico hacia otros planetas no solamente es una aspiración natural producto de la curiosidad humana, sino que también pudiera verse como una necesidad imperiosa del instinto de conservación, para tratar de anticiparse a esa catastrófica posibilidad, y perpetuar la especie. Y no necesariamente por la caída de un meteorito, sino que también hay que tomar en cuenta que la reacción nuclear que consume el hidrógeno del Sol durará unos 5 mil millones de años más, pero finalmente se agotará y en su estertor final como gigante rojo, abrasará a la Tierra. No quisiera que todavía estuviéramos por aquí para esas fechas...

En fin, dejemos estos temas, que no quiero sonar apocalíptico, armagedónico ni cataclismático. Pero me gustaría poder mirar por un agujerito hacia el futuro, y ver cómo será la Tierra y cómo serán los Hombres, dentro de un par de millones de años.

7) Me gustaría comprender a fondo la relación entre el espacio y el tiempo, y entre la masa, la energía y la gravedad.

Ok, Einstein es un genio por haber encontrado la ecuación e=mc2. Resulta que la masa y la energía están relacionadas. Y la paradoja de los gemelos y el viaje espacial de uno de ellos a gran velocidad nos deja rascándonos la cabeza... ¿así que el tiempo depende de la velocidad? Y la velocidad de la luz es absoluta, o sea, no depende del sistema de coordenadas, y es la máxima alcanzable... Y la gravedad es una especie de subproducto de la masa...? Y además los fenómenos electromagnéticos y la gravedad están relacionados? Y las fuerzas nucleares, que mantienen unidos los componentes del núcleo atómico a pesar de su fortísima repulsión eléctrica son inexplicables? O son explicables a través de la relatividad? Y el espacio se deforma? Y la luz se desvía al pasar cerca de una gran masa como una estrella? Y al tiempo hay que verlo como una dimensión más del cuadrivector espacio-tiempo?

Oye, espera, todo eso no me deja una imagen ordenada en mi mente. Son hechos aislados, prácticamente axiomas que hay que aceptar pero que no me ayudan a construír una noción bien estructurada del todo, de eso que llamamos la realidad. Me recuerdan un poco los titulares de los periódicos amarillistas, que aparte de la aparatosidad, no nos dejan nada de verdadero provecho. No es solamente un problema matemático. Claro que la matemática necesaria para estudiar estos fenómenos es bastante complicada y no todo el mundo tiene la base y la inteligencia necesaria para entenderla. Pero yo siempre he confiado en mi sentido común. Y siempre he visto la matemática como el lenguaje, no como las ideas que se expresan mediante ese lenguaje. El lenguaje es un simple medio de transmisión de las ideas. Las ideas son lo importante. De igual forma, considero que la realidad está ahí. Lo que hace la matemática, es darle una cierta formalidad a la estructura teórica que construímos alrededor de la realidad para tratar de comprenderla y en cierta forma, apresarla. No debemos confundir la envoltura con la sustancia.

De manera que pienso que debe existir una forma de comprender esos fenómenos sin acudir precisamente a ninguna ecuación (y mucho menos a la fe). Una especie de supra-realidad, que aunque no coincida totalmente con lo que mis sentidos me transmiten como tal, al menos constituyan una especie de cuento coherente de cómo es el Universo. A eso es lo que aspiro.

6) Me gustaría saber cuándo y cómo vamos a establecer contacto con otras inteligencias en el Universo.

Resulta extremadamente improbable y pretencioso creer que en toda la inmensidad del Cosmos, seamos nosotros los únicos seres vivos e inteligentes. Aún suponiendo que las únicas formas de metabolismo posibles sean las que nosotros conocemos -cosa que de ninguna manera ha sido demostrada y de la cual yo dudo muchísimo-, hay tantas estrellas, planetas y objetos de tan diversos tipos en el Universo, que seguramente habrá al menos algunos con las mismas condiciones evolutivas que las del planeta Tierra, en los cuales puede haberse llevado a cabo un proceso parecido al nuestro. Sencillamente, es un problema estadístico. Eso no quiere decir que sea fácil establecer contacto con inteligencias extraterrestres. Ahí también la probabilidad juega un papel, pero esta vez en sentido negativo, gracias a la inmensidad del Cosmos. La trillada frase "Encontrar una aguja en un pajar" se queda chiquita ante la enormidad de la tarea.

Tan sólo encontrar vida extraterrestre aunque fueran formas primitivas, ya sería una noticia fenomenal. Encontrar vida inteligente, sería el mayor descubrimiento de todos los tiempos (y de paso, una buena patada en la espinilla para las religiones).

Carl Sagan, uno de mis personajes más admirados y un apasionado de este tema, planteó un posible escenario en su famosa novela "Contacto", que luego fué llevada a la pantalla con Jodie Foster en el papel principal. Pero aún dando por hecho la inevitabilidad del encuentro, hay muchísimas preguntas adicionales que plantearse: los encontraremos nosotros, o serán "ellos" los que nos encuentren a nosotros? Serán más o menos evolucionados que nosotros? Serán amistosos, o agresivos?... Y por supuesto, como en casi toda especulación humana, hay una gran cantidad de descarados intentando vivir a costa de la credulidad y la ignorancia de muchos. Lo único que me producen sus supuestas "noticias" sobre avistamiento de OVNIS, abducciones y cosas por el estilo, es desprecio y asco.

Hasta ahora, los esfuerzos encaminados a encontrar inteligencia extraterrestre no han sido muchos, y por supuesto, aún no han tenido éxito. El más serio del que tengo noticia, es el SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence). Consiste en la observación del espacio radioeléctrico con el radiotelescopio de Arecibo -el más grande del mundo, construído dentro del cráter de un volcán apagado del mismo nombre, en Puerto Rico- para tratar de encontrar señales de radio que no puedan ser explicadas mediante fenómenos naturales, a las cuales habría que otorgarle origen inteligente.

Pero aún y siendo un esfuerzo científico serio, dicho experimento está plagado de problemas e interrogantes. En primer lugar, la naturaleza de lo observado: está claro que la única forma de observar el Cosmos es a través de las ondas electromagnéticas. No hay otras señales que recibamos del Cosmos (o por lo menos, no tenemos conciencia de otras porque ni siquiera las conocemos -si las hubiera-, debemos recordar que el Hombre vivió muchos siglos antes de descubrir el espectro electromagnético). Pero de ellas, el Cosmos nos envía una verdadera maraña de señales. Uno de los problemas está en filtrar todo aquello de manera de quitar la basura, o sea, las señales que tengan un origen natural o no inteligente. Ya eso solo, constituye una tarea fenomenalmente grande. Y por lo tanto, hay que estudiar el problema y decidir qué quitar de plano, y qué estudiar más a fondo. Los directores del proyecto se decidieron por una estrecha banda de frecuencias alrededor de la línea principal del hidrógeno. El hidrógeno es el elemento más común en todo el Universo -y el más sencillo- de manera que es de suponer que si alguien inteligente se ve ante el dilema de escoger la frecuencia para una especie de transmisión de SOS, escoja un valor cercano a ese para que la señal cause resonancia y por lo tanto llegue más lejos. Esto, en mi opinión, es una decisión sumamente aventurada, aunque al fin y al cabo alguna había que tomar. Por ejemplo, se puede pensar también que la dicha resonancia consume energía y que en definitiva puede funcionar inverso a como se pensó... Otro problema es decidir precisamente qué es inteligente y qué no. Una señal uniforme en frecuencia y amplitud, no transmite información alguna, es una simple "portadora". Entonces, se deduce, hay que buscar pulsos, una especie de telegrafía cósmica. Pero como no sabemos la "clave Morse" en que nos transmiten, la cosa se vuelve una verdadera pesadilla en donde las decisiones que hay que tomar casi a ciegas, puede que nos aparten definitivamente del objeto buscado. Otro problema es qué ángulo sólido debe ser investigado. Porque investigar todas las direcciones es sencillamente imposible, por el volumen de información que se genera. Y eso es precisamente el otro problema: cómo lograr el procesamiento de la información obtenida, a un precio razonable. Porque el tiempo de las supercomputadoras, cuesta mucho.

Una de las cosas que hace más interesante al SETI, es que todos podemos participar en él. Es uno de los primeros proyectos prácticos de cómputo distribuído, y ha sido tan exitoso que ya se está utilizando en otros experimentos biológicos y de otros tipos que requieren de capacidad de cómputo en cantidades masivas. En pocas palabras, consiste en un pequeño programa que se baja de la red y se instala en su PC. El programa hace las veces de protector de pantalla, de manera que cada vez que Ud. enciende su computadora y se va a preparar un café, el programa detecta que la PC no está siendo utilizada y entonces toma control de la misma. Le pide a un servidor en la Universidad de Berkeley un juego de datos, y comienza a procesarlo. Cada vez que termina un juego, lo sube y pide otro. Y así, hasta que Ud. regresa con su café humeante y prosigue su trabajo, en cuyo caso el programa se inhibe y espera la siguiente oportunidad para volver a trabajar. El poder de cálculo que han logrado de esa manera, equivale a la de varias de las supercomputadoras más rápidas del mundo. Y lo han logrado con sólo una pequeña inversión en programas, redes y servidores. Eso es lo que yo llamo eficiencia.

Yo he participado en este experimento desde hace unos 5 años. Pero lo hago más por divertirme que por otra cosa. La probabilidad de descubrir algo así, es muchísimo menor a la de sacarse el premio mayor de la lotería 10 veces seguidas. Cabe preguntarse si alguien inteligente a 15 mil millones de años luz de aquí, escogería la luz como portadora de algún mensaje, y qué importancia tendría recibir el mensaje 15 mil millones de años después... Además, la potencia de transmisión tendría que ser de un orden de magnitud comparable al de una estrella entera, para que tuviera un mínimo de probabilidades de ser vista por nosotros. En fin, un verdadero tiro al aire... Y sin embargo, estoy seguro que algún día ocurrirá: alguien descubrirá algo. Sólo que me gustaría saber qué, cuándo, y cómo.

5) Me gustaría saber cómo va a resolver la Humanidad el problema de trasladarnos hacia otras galaxias.

Un problema que me ha preocupado desde que aprendí la estructura básica del Universo y su escala, es que prácticamente estamos presos. Aún viajando a la velocidad de la luz -la cual es absoluta, y la máxima alcanzable según la ciencia actual- demoraríamos unos cuatro años en llegar a la estrella más cercana. Y quince mil millones de años para llegar a los confines del Universo conocido. Los esfuerzos actuales por llegar a la Luna o a Marte, con todo y ser admirables, difíciles y hasta heroicos, resultan absolutamente ridículos si los comparamos con la tarea de viajar a las cercanías de una simple estrella que no sea nuestro Sol.

Eso siempre me ha producido una sensación de encierro. Y me resisto a creer que siempre será así. Pero cómo se pudiera resolver este problema? Para mí, la principal dificultad radica en que para encontrar la solución debemos dejar de lado la noción de la realidad tal y como la aprendemos desde niños, que es casi como dejar de ser. Estamos tan acostumbrados a pensar en un Universo de tres dimensiones espaciales y un tiempo irreversible e independiente del espacio, que sencilllamente nos cuesta demasiado el tratar de comprender otro modelo.

Este tema se toca en veinte lugares con la Filosofía. En primer lugar, qué es eso de "abandonar el modelo"? Es que la realidad no es absoluta? ¡Entonces los idealistas tenian razón! Bueno, es posible. Lo cual no les da ningún derecho a decirme que no puedo comer carne los viernes o que tengo que ir a darle la vuelta a una mugrosa piedra negra. La cosa es tan difícil como lo puede ser para un ente que viva en un mundo bidimensional ("largo y ancho"), el imaginarse una tercera dimensión (el "alto"). Y sin embargo, la tercera dimensión espacial es para nosotros algo intuitivo e innegable.

Hablar y pensar sobre estos temas me produce la sensación de estar al borde de un abismo insondable y magnífico. Me recuerda la escena final de 100 Años de Soledad, cuando el último de los Aureliano descifra y lee en los manuscritos de Melquiades su propio futuro, que transcurre y se convierte en presente casi al mismo tiempo, mientras un viento arrollador acaba con todo. Las obras maestras siempre sugieren los grandes temas de la Filosofía. Lástima que ésta la haya escrito un hijo de puta. Pero bueno, regresemos al grano.

Me gusta pensar en el ejemplo de la hormiguita: imagínense una hormiguita en la punta de una regla de plástico, de ésas que usan los escolares para trazar el margen de sus cuadernos. Para trasladarse de un extremo al otro utilizando la manera convencional, la hormiga tendría que caminar a todo lo largo de la regla. Sin embargo, si la regla fuera lo suficientemente elástica como para permitir que yo la flexara e hiciera con ella una especie de aro en donde las dos puntas se tocaran, la hormiga sólo tendría que dar un paso para llegar al otro extremo. Luego yo dejaría de hacer fuerza sobre la regla y la misma, gracias a la elasticidad, regresaría a su estado normal. Pero con la hormiguita en el otro extremo. No puedo dejar de pensar que esa va a ser la verdadera forma de trasladarse en el Universo. En vez de pasar millones de años viajando en una nave, tendríamos que aprender a "combar" el espacio y el tiempo de forma de "acercar" nuestro objetivo. Claro, esto es pura especulación. Ni me imagino cómo lo vamos a hacer. Primero tendríamos que aprender a cambiar nuestra noción de la realidad. Y luego, encontrar la forma de combar el espacio y el tiempo. Sería fantástico. Y por supuesto que es fantasioso. Pero no tanto como creer que la primera mujer salió de la costilla del primer hombre.

4) Me gustaría comprender el mecanismo de la memoria, y cómo razonamos.

Y hablando del cerebro, en dónde radicará la memoria? Dónde estarían esos recuerdos que afloran al consciente luego de permanecer olvidados durante décadas? A qué nivel se guardan, a nivel celular, a nivel de proteína, a nivel atómico o subatómico? Qué naturaleza tendrán? Serán químicos, eléctricos, magnéticos...? Serán cuánticos y discretos, o contínuos? Qué es razonar? Por qué unos lo hacen mejor que otros? Estarán realmente los sentimientos en un nivel más cerca del bulbo y el cerebelo, mientras que la razón reside en la corteza? Por qué tenemos dos hemisferios, qué ventaja evolutiva nos reporta? Trabajan realmente todas nuestras células nerviosas, o la gran mayoría sólo están como reserva? Son preguntas fascinantes que me hago a cada rato.

Desde un punto de vista informático, razonar es la capacidad de sacar conclusiones sobre el futuro, a partir de conocimientos almacenados. Es decir, la capacidad de procesar la información y obtener resultados. Pero en dónde radica exactamente la chispa de genialidad que hace que un tipo vea el resultado en donde la mayoría sólo vió datos? Los religiosos dicen que en el alma, pero a la verdad que yo no me siento inclinado a creerlo, sobre todo porque ellos no tienen la menor prueba de su asersión.

Qué es el sueño, y por qué hace falta? Por qué muchas veces, luego de pasarse el día pensando en la resolución de un problema sin éxito, nos acostamos y al otro día mientras nos bañamos la solución aflora a nuestra mente? Quién coordina el trabajo de los muchos miles de millones de células que componen nuestro sistema nervioso?

Qué es el yo, en dónde radica la capacidad de entender que uno existe y es un ente aparte del resto del Universo? El yo será un contínuo, desde los organismos unicelulares hasta los Hombres, o sea, la capacidad de reconocerse a sí mismo irá gradualmente creciendo a partir de las células, pasando por los gusanos y los cangrejos, los perros y los gatos, las ballenas, los delfines y los monos hasta llegar a nosotros? O habrá una discontinuidad precisamente en el 2% de genes que nos diferencia de los chimpancés?

Existirá realmente la conciencia colectiva? Se influirán las mentes entre sí, de manera similar a cómo se comunican dos radioaficionados? Cómo explicar los fenómenos extrasensoriales y paranormales? La probabilidad de que alguien por azar adivine una carta de la baraja de póker es de 1/54. La de dos aciertos es (1/54) x (1/53). La de tres, (1/54) x (1/53) x (1/52). Como la fracción es siempre menor que la unidad, la probabilidad de adivinar N cartas decrece casi tan rápidamente como crece la potencia de N. Cómo es posible que haya personas que de forma continuada muestren que son capaces de "adivinar" en la mitad de sus intentos? La diferencia entre 1/2 y la serie (1/54) x (1/53) x (1/52)...x...(1/2) es tan grande, que la estadística muestra claramente que es significativa, o sea, que no se debe al azar.

Resulta realmente asombroso lo ignorantes que somos en estos temas. Y más asombroso aún que haya gentes dedicadas a hacer creer a los otros que todos estas cosas son irrelevantes, y que lo mejor que pueden hacer con esa herramienta maravillosa que se llama cerebro, es usarla para ponerse una gorra. Es tan estúpido como empeñarse en ponchar el salvavidas que nos mantiene a flote en un naufragio.

Yo siento que le fe y la razón se contraponen, son enemigos. Y a la verdad que a pesar de sus limitaciones evidentes, le apuesto a la razón. Es la menos mala, la fe es mucho peor.

3) Me gustaría saber por qué se siente placer estético.

Cada vez que me emociono ante una pieza musical, pienso en qué me estará pasando. Cómo será el mecanismo a través del cual yo siento algo especialmente agradable cuando oigo, por ejemplo, el Nessun Dorma de la ópera Turandot de Giacomo Puccini? O Pompas y Circunstancias, de Sir Edward Elgar? O la Oda a la Alegría, del cuarto movimiento de la Novena de Beethoven? O tantísimas otras melodías? Y al contrario, por qué rechazo el rap o el rock duro como algo molesto e indigno de ser escuchado?. Al fin y al cabo son sonidos, tanto unos como los otros. Cómo se convierten los sonidos en emociones?

Ok, las emociones tienen su asiento físico en sustancias químicas liberadas en el torrente sanguíneo y que afectan el cerebro. El mismo mecanismo de las drogas y de las hormonas. Pero qué motiva su liberación? Y cómo afectan el cerebro?

Las drogas son más fáciles de entender, porque al fin y al cabo son agentes químicos que desencadenan una respuesta. E incluso, una dependencia. La ira y el miedo, por otro lado, provienen por lo general del conocimiento de una situación negativa, algo físico que nos afecta. La alegría, de algo similar pero positivo. Pero cómo un sonido puede producir un efecto parecido? Y por qué Chabuca Granda sí, y Pello el Afrokán no? Qué tienen Tchaikovsky y Prokofiev, que "suenan" más cálidos que Stravinsky?

Quizás el caso del gusto por la buena música popular, como el son, el danzón, el chachacha o los corridos mexicanos sea explicable a través del mecanismo de asociación con escenas de la niñez. Beny Moré, la Aragón, el Septeto Nacional, Pedro Infante, Jorge Negrete y Miguel Aceves Mejía eran artistas de moda cuando yo era chico. Quizás por eso me son agradables, como una forma nostálgica de acercarme a mi pasado, que fué feliz. Pero Mozart vivió varios cientos de años antes que yo, y sin embargo su música llega a lo más hondo de mi conciencia y me produce emociones tan o más agradables que los contemporáneos. Por qué? A Chabuca pude haberla oído en el radio cuando chico y se estableció un vínculo de recuerdo inconsciente. Pero a Mozart, es mucho menos probable. Las estaciones de radio no difundían esa música tan frecuentemente. Y las de tv, no existían aún.

Y porqué me emociona la buena música, y sin embargo las artes plásticas no consiguen producirme el mismo efecto? Uno de mis recuerdos más tempranos es que cuando era muy chico me emocionaban los colores y las formas. Recuerdo algunos juguetes sencillos que me producían viva emoción, como es el caso de una pelota de hule de más o menos un pie de diámetro, con dibujos de colores brillantes, de esas con las que les encanta jugar a los niños de dos o tres años. Hoy en día -confieso con pena- ni la Gioconda me produce una emoción semejante.

Incidentalmente, otro de mis recuerdos de la infancia está relacionado con los olores. Todavía recuerdo la emoción que me producía destapar la lata de arroz que tenía mi abuela cerca de la cocina para evitarse la molestia de ir hasta el saco que estaba en la alacena, meter mi cabeza y disfrutar del olor fresco y seco del arroz crudo. O pararme de puntitas al lado del lavamanos en el colgadizo que daba al patio, para sentir el olor a lavanda del jabón que mantenía mi abuelo allí para afeitarse todas las mañanas. O el exquisito olor de la enredadera de jazmín que crecía en un extremo de la alta tapia. En fin, los olores me emocionaban, definitivamente. Y gracias a Dios, lo siguen haciendo. No he perdido esa habilidad.

¿Por qué? ¿Cuándo perdí la capacidad de emocionarme con lo plástico? ¿Y por qué no perdí la capacidad de emocionarme con los sonidos y los olores?

Como no soy biólogo y mucho menos investigador, creo que tendré que conformarme con esperar a que alguien descubra la respuesta. Pero eso no impide que tenga una teoría medio empírica: De forma parecida a como el embrión humano atraviesa en su desarrollo por etapas que reproducen en forma acelerada todo el proceso de la Evolución, todos nacemos, digámoslo así, con un juego completo de sensibilidades. Es el medio el que termina por decidir cuáles de esas sensibilidades trascenderán a la adultez, y cuales sencillamente se atrofiarán. Quizás por eso sea tan importante iniciar a los infantes desde su más temprana edad en las disciplinas que evitarán que sus sensibilidades disminuyan. Los idiomas son un buen ejemplo de ello. Ya es un hecho científico bien establecido que la habilidad para el aprendizaje del lenguaje está codificada en los genes. Pero a alguien que aprenda dos idiomas cuando niño, le será más fácil aprender otros cuando ya sea adulto, que las personas que sólo aprendieron el materno. El cerebro es una especie de músculo, al que hay que ejercitar desde un inicio para que se desarrolle.

2) Me gustaría saber por qué el Hombre siente una tendencia natural hacia la religiosidad.

Si bien me admiro ante el panorama de un Universo absolutamente maravilloso, no puedo admitir de ninguna forma que venga un baboso a decirme que él sí tiene la explicación de todo, y que yo debo de creer su cuento de chinos y adorar al dios tal o mas cual por haberlo creado. Y mucho menos si la idea proviene de alguien que vivió en épocas muy antiguas, en donde el desarrollo del conocimiento era infinitamente inferior al actual. Para mí, eso es tan vergonzosamente absurdo como es de asombroso el Universo.

Deberían de tener la humildad necesaria para reconocer su ignorancia. Pero muchas religiones pecan de arrogantes y pretenciosas: El Universo tiene al menos 15 mil millones de años; el Hombre, apenas unos dos millones. No resulta ridículo que unos "recién llegados" asuman ser el objetivo de la Creación? Sin embargo las religiones, al menos las cristianas, así lo postulan.

Por otro lado, no puedo negar que la religión ha tenido un papel importantísimo en la Historia del Hombre, lo cual siempre ha sido usado por los malvados con propósito de manipularlo y dominarlo. Y yo me pregunto: A qué se debe esta tendencia natural a la religiosidad? Más allá de las respuestas comunes: el preguntarse qué somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos -lo cual es el principio de la Filosofía- o el miedo a la muerte, quisiera saber las razones genéticas de tal comportamiento, si es que existen.

La Historia nos enseña que a través de los siglos, cada vez que se han producido descubrimientos importantes, algunos hombres han tratado de usar esos nuevos conocimientos para explicarlo TODO. Así, por ejemplo, cuando luego de mil años de oscurantismo medieval -por cierto, un crimen gigantesco que cometieron los Hombres en nombre de Cristo y que debería bastar por sí solo para desacreditar eternamente a sus perpretadores y a la doctrina que lo auspició- a principios del Renacimiento se descubrieron las leyes de la Mecánica Clásica, surgieron los Mecanicistas, así llamados por ser un grupo de imbéciles que pretendían explicarlo todo a través de la Mecánica. No solamente los movimientos de los astros, sino los sentimientos, y hasta el azar. Para ellos, todos los objetos y acciones estaban mecánicamente ligados, de manera que a lo mejor si yo encendía un cigarro en una habitación en Pekín, estaba desencadenando sin saberlo un accidente de coches en Londres, tres días después... Por supuesto, una real estupidez.

Digo esto porque estamos asistiendo -aunque mucha gente no se ha dado cuenta aún- a uno de los descubrimientos más notables de todos los siglos: el conocimiento del genoma humano, o para decirlo en tono litúrgico: la receta de Dios para hacer al Hombre. Y de nuevo existe la tentación de tratar de explicarlo todo a través de esta nueva visión "genética". Ya se habla, además del gen de la diabetes, de la Corea de Huntington o de la fibrosis quística, del "gen de los homosexuales", o el de los asesinos, o del "gen de Dios", es decir, un gen que predispone a los hombres a la religiosidad. En fin, que para los fanáticos de la Genética no existe el libre albedrío porque toda nuestra conducta está regida por los genes. Y por supuesto, nosotros no somos responsables de los genes que tenemos, así que somos como muñecos o esclavos de esas pequeñas moléculas. Lo único que se me ocurre pensar es que quizás esta tendencia al fanatismo esté también codificada en algunos genes... jejejeje

Mi impresión es que como tantas otras veces, la verdad no se halla en los extremos, sino en el justo medio. Los genes influyen en nuestra conducta, pero también se ven afectados por ella. Los genes se expresan en las proteínas que forman nuestro cuerpo, y de esa forma manejan los delicados equilibrios químicos de los diversos sistemas del ser humano. Pero también el ambiente y nuestra conducta, puede metilarlos e inhibir su funcionamiento. Hablando en tono algo jocoso y luego de observar la Historia, podríamos concluír que si existiera, el gen de Dios sería uno de los más reacios a ser metilado...

En fin, que me gustaría saber hasta qué punto la fe tiene un componente genético. Por lo general los genes que se expresan, lo hacen porque resultan benéficos. Si fuera lo contrario, seguramente ya hubiéramos dejado de existir. Es el mecanismo de la Selección Natural. Por lo tanto, habría que concluír que la religiosidad es necesaria e importante para el éxito de la especie. Sin embargo, veo que ha sido utilizada casi siempre con propósitos mezquinos de dominación y sometimiento, los cuales no trabajan a favor de la especie. Incluso, en muchos casos se ha intentado -con éxito- desviar la fe no ya hacia otros dioses e ideologías religiosas, sino hacia personajes de carne y hueso e ideologías políticas. El nazismo y el comunismo son buenos ejemplos de ello. Y a la verdad que me encabrona pensar en que somos tan fáciles de manipular. Quizás por eso me interese el tema, para tratar de evitarlo.

Existe alguna otra explicación? Será la religiosidad un remanente atávico del espíritu de manada que está presente en muchos animales actuales y que sirve como medio de protección ante depredadores?. Confieso que este argumento me parece sólido y con un sentido evolucionista adecuado. Ahora bien, ese espíritu de manada, será la expresión de algún gen, una especie de orden "sigue al líder" codificada en nuestro ADN? Me gustaría saberlo.

1) Me gustaría comprender qué es el Universo.

Ok. Estamos en una especie de motita de polvo que gira incesantemente alrededor de una estrella. La estrella, o sea nuestro Sol, forma parte de un grupo mayor al que llamamos La Vía Láctea (y que contiene billones de otros soles). Que a su vez forma parte de un grupo de galaxias llamado Grupo Local. Que no es nada más que un pedacito de materia perdido en la inmensidad del Cosmos... Que por cierto, no se sabe si es abierto e infinito, o cerrado e infinito como una dona de Krispy Kreme, o finito y ya. Y para colmo, todo comenzó en un punto que estalló. El famoso Big Bang.

Por otro lado, esta materia conocida no es más que el 5% de la existente. El otro 95% -la "materia negra"-, no se ve (nadie la ha visto hasta ahora), pero afecta el comportamiento de la que sí es visible. Además, hay agujeros negros que son como una especie de inodoros gigantescos que se tragan todo lo que encuentran a su paso, incluyendo la luz y hasta el tiempo. Hacia dónde se lo tragan? Vaya Ud. a saber! Y quásares, y pulsares, y estrellas enanas, y gigantes rojas, y nebulosas... en fin, toda una gama de objetos maravillosos.

Y si vamos en sentido contrario, la materia está formada por átomos que a su vez contienen otras partículas menores. En ese mundo, nuestra noción intuitiva de la realidad no funciona: ahí las cosas no pueden ser localizadas en tiempo y espacio, sólo podemos hablar de la probabilidad de que alguna esté en un lugar en un momento específico. Además, hay partículas que se comportan como ondas (por ejemplo, los electrones se difractan, que es una característica indisolublemente ligada a los fenómenos ondulatorios) y ondas que se comportan como partículas (por ejemplo, los fotones en el efecto fotoeléctrico). Esto es como decir que la Naturaleza se burla de nuestros sentidos y de nuestros modelos de la realidad, en los que las ondas y las partículas son entidades completamente diferentes y antagónicas. Y la energía en ese mundo está cuantizada, es decir, los objetos no pueden acceder a cualquier cantidad de energía, sino sólo a los valores permitidos. Otra burla.

La mecánica clásica, que gobierna o explica el movimiento de las estrellas y puede determinar con precisión cuándo ocurrirá un eclipse o cuándo veremos un cometa, es un caso particular de la mecánica cuántica, que gobierna o explica el movimiento de los átomos y puede determinar con precisión una probabilidad en un experimento a nivel atómico. Y resulta que las dos son completamente distintas, al menos desde el punto de vista de la intuición humana.

Coño, pero si parece un cuento de locos! Puede imaginarse algo más absurdo? Y sin embargo, es la realidad. Está ahí, y todo se puede comprobar mediante experimentos científicos. Y ahora yo pregunto: comprendemos el Universo? No me jodan! Es el mayor misterio y el mayor reto del mundo, a la resolución del cual deberíamos de consagrar nuestros mayores y mejores esfuerzos! Y ello, por el simple hecho de saber y satisfacer nuestra curiosidad, que es nuestra principal virtud y la responsable de que no seamos caracoles o animalitos comunes.

En resumen, vivimos en un maravilloso Universo, lleno de objetos raros e inmensos. Me gustaría saber qué diablos significa todo esto. Hay quien ve la mano de Dios en ello, pero yo no pienso así, porque si por maravilloso el Universo debe tener un Creador, este Creador, por super-maravilloso, debe tener a su vez a un super-Creador, el cual a su vez por super-super-maravilloso, debe tener un super-super-Creador... y así no terminaríamos nunca. Y si decimos que sólo hay un Creador y ya, estamos aplicando un sesgo al razonamiento porque al principio decimos algo, y en el siguiente paso lógico lo negamos sin ningún motivo. De manera que yo, siempre fiel a la razón y la lógica, prefiero declararme agnóstico. Lo cual no es lo mismo que ateo. Ateo es el tipo que afirma que Dios no existe. Agnóstico es el tipo que dice: "sepa la chingada...", para decirlo en el sabroso caló mexicano.